martes, 19 de abril de 2011

El único lugar donde vale la pena vivir.


Hay un lugar en ti donde eres siempre bienvenido y en el cual puedes ser tu mismo.
Puedes traer todo lo que te hace sufrir y desde tu inocencia perdonar y sentir como todo ello cae como hojas, dejando que el  aire fresco traiga nuevos paisajes de compasión y alegría.
Allí descansas, escuchas, comprendes, perdonas, te entregas, te encuentras y te abres a amar sin opuestos, donde todos están incluidos.
Lo mejor es que cuando más lo visitas, más te das cuenta que allí es tu medio natural. Sientes paz, confianza y sustento. Y solo quieres estar en el porque se hace fluido moverse y vivir desde allí.
La comunicación  en ese lugar es de igual a igual, dejando de haber un tu y un yo.
No se encuentra  lejos, no es superficial, ni es condicional excluyendo a los demás.
Allí brotan tus sentimientos y pensamientos más puros.
Puedes cerrar los ojos, respirar lento y profundo, enfocar tu mirada interna hacia tu pecho y descubrir que es.

Es tu corazón... el puente a tu Conciencia Universal.