domingo, 31 de mayo de 2009

Como puedo servirte?


Mía es Tu Paz, la fe, la fortaleza, la paciencia, la humildad, la alegría. Lo llevo conmigo y lo riego como delicada azucena en mi corazón. Me acompañan allí donde Tú quieres que este, donde Tú quieres que sea testigo de tus milagros, donde Tu quieres que ofrezca Tu verdad.
Llevo tu Palabra como vela para alumbrarme, los vientos me acompañan despejando el camino.
Llevo tus aguas, bendiciendo y purificando y creando Fuentes donde solo hay desiertos.
Llevo conmigo la Voz que me susurra y el Espíritu que traduce el camino.
Entrego las azucenas a cada mente que cree ser juzgado o ha pecado, los que tienen sed de ti, les ofrezco tu Paz y tu Luz para que acepten Su inocencia y recuerden su verdadera Paternidad.
Llevo conmigo un pensamiento de Unión y una función, que va a ser cumplida.
Tomo de la mano a mi hermano, que me recuerda nuestra verdadera misión. Somos iguales, tus hijos, gotas de la misma Fuente.
En mis manos el tiempo no ha dejado huella, mas me acompaña el Espíritu que sabe cómo usarlo en Tu Plan, así como este cuerpo, y esta mente, hasta que no sea más necesario.
No hay esperas, no hay planes, solo una pregunta. Como puedo servirte ?
Cae una lágrima en medio del infinito mar, donde se funde con el todo, es una lágrima de gratitud, dicha, pues siento como las preguntas ceden, la aceptación es constante, los milagros me confirman que estamos cerca, y dejamos de querer preguntar, ¿Por qué quisimos otra realidad, de crear otra voz aparte de la tuya, otra vida, otra memoria? Simplemente dejo de ser, simplemente nunca existió. Nos tomaste al instante y no permitiste que nada impidiera olvidarnos completamente del Hogar.
Me has mostrado como desprenderme de la carga asociada, de lo que nunca podre ser, me has devuelto tu significado. Me has devuelto a la verdadera vida, de la cual nunca partí.
Me has ofrecido el inmenso regalo de mi función, de servirte, de amar sin límites, de ser libre, de crear amando…de aceptar.
Me has enseñado a encontrarme en el puro y silencioso altar, y a ofrecerte todo sin culpa, devolviéndome en un suspiro la calma de Tu Amor y recobrando la visión en la que camino en Tierra fértil de tus frutos, junto con mi hermano.
He derrumbado todos los Reinos y he tirado las armas, mas solo acepto ser siervo de tu Reino, y aceptar solo tus leyes y esas son las del Amor.
Abandonare todo cuanto pueda describirme, atarme, tentarme, todo lo que pueda recordar o hacerme olvidar.
No hay “después que” o ” peros”, cuando me has ofrecido la respuesta de ¿ Quién soy? Soy tu Hijo.
En el silencio te recibo, te escucho y acepto la verdad de lo que soy.
Padre, aquí estoy para servirte, para compartir tus regalos, para demostrar a todos tus hijos que, el pecado es imposible, que hemos sido perdonados, sanados.
Hay un único Reino y ese es el de los Cielos y que este estado, llamado Tierra, es un lugar santo donde recordamos la inocencia y el Amor que somos, que no hay nada que impidan abrir los ojos a la Luz de tu eterno Corazón. Venimos de ti.
Todo el Universo aclama el regreso, donde lo real permanece intacto y donde no existe la brecha donde empieza el Padre y donde acaba el Hijo.


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