sábado, 3 de octubre de 2009

Un llamamiento al corazón.


Dos voces que se alzan juntas hacen un llamamiento al corazón de todos para que se hagan de un solo latir. Y en ese latir se proclama la unidad del amor y se le da la bienvenida. ¡Que la paz sea con vuestra relación santa, la cual tiene el poder de conservar intacta la unidad del Hijo de Dios!
Lo que le das a tu hermano es para el bien de todos, y todo el mundo se regocija
gracias a tu regalo.
No te olvides de Aquel que te dio los regalos que das, y al no olvidarte de Él, recordarás a Aquel que le dio los regalos para que Él te los diera a ti.

UCDM

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