sábado, 29 de enero de 2011

El descanso procede de despertar, no de dormir.

Entregar tu sueño-mundo al Espíritu, es confiar en que se te mostrará y se te enseñará como dejar de creer en las ilusiones y aceptar tu Realidad.
Dejarás de tener sueños de miedo, convirtiéndose en un medio para reconocer tu inocencia. Liberándote atraves del perdón. Hasta que estés preparado y decidas abrir los ojos completamente al lugar donde jamás te ausentaste, el Amor.



Descansa en paz es una bendición para los vivos, no para los muertos, ya que el descanso procede de despertar, no de dormir. Dormir es aislarse; despertar, unirse. Los sueños son ilusiones de unión porque reflejan las nociones distorsionadas del ego con respecto a lo que significa unirse. El Espíritu Santo, no obstante, aprovecha también el tiempo que pasas durmiendo, y puede, si se lo permites, utilizar los sueños que tienes mientras duermes para ayudarte a despertar.

 La manera en que te despiertas indica cómo usaste el tiempo que pasaste durmiendo. ¿A quién se lo ofreciste? ¿Bajo que maestro lo pusiste? Siempre que te despiertas desanimado es que no se lo ofreciste al Espíritu Santo. Sólo cuando te despiertas feliz utilizaste el tiempo que pasaste durmiendo en armonía con Su propósito. Dormir puede ciertamente "drogarte" si lo usas indebidamente en favor de la enfermedad. Dormir no es una forma de muerte de la misma manera en que la muerte no es una forma de inconsciencia. La inconsciencia total es imposible. Puedes descansar en paz debido únicamente a que estás despierto.

UCDM  T8.IX/4

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