¿Y si durmieses y, al dormir, soñases?
¿Y si, en tu sueño, fueses al cielo
y allí recogieses un extraña y bella flor?
¿Y si, al despertar, tuvieses la flor en tu mano?
Ah, ¿qué pasaría entonces?
domingo, 18 de diciembre de 2011
El amor no puede ser contenido.
Para saber que tienes, da de corazón.
Solo en el acto de dar verdaderamente recordamos que nuestra esencia es inagotable.
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